(8)Dame la mano y correremos (8)

Quiero hablar de una historia que viví con una respetable amiga, bueno actualmente es más amiga de mi hermana de lo que fue mía (igual se lo agradezco porque me espantaba pensar que yo estaría estudiando en Santiago sin poder influenciar ideas revolucionarias en la cabeza de la Eli, pero Dios ha respaldado su trabajo en ella con la ayuda de nuestra amiga, aunque actualmente suelo pensar que se cambiaron los roles y mi hermana es la activa en esa amistad).

En las vacaciones de este año, mi iglesia organizó un campamento para los adolescente (quizá algún día plantee el tema que más me impactó petepéticamente) una de las noches de ocio los adolescentes nuevos a los que acompañábamos empezaron a jugar a la escondida en pareja…

Bueno a ratos soy muy cabra chica, más el afán de integrar y el aburrimiento.

… Con Ángela (mi amiga anteriormente nombrada) nos sumamos al juego y por “viejas” nos tocó contar, al empezar la búsqueda no vimos ni un personaje cerca…

“Obvio, estaban en un gran camping en San Fabián, muchos pastizales, poca iluminación, enormes rocas, el río cerca y relieves por todas partes, ¿Cómo piensas en encontrar fácilmente a alguien?” Es verdad, pero no pensé en eso antes de jugar.

…Con Ángela nos tomamos de la mano y empezamos a subir una loma muy especial…

Polvo que no se junta ni con agua, ese que cuando caminas la tierra se te sube hasta las rodillas y cuando pasa un auto cambias de color, ese era el efecto especial que nos acompañaba.

… Para iluminarnos teníamos una pequeña linterna que nos prestaron, pero nos alcanzaba a penas para iluminar nuestros pies. Estando sobre la loma empezamos a caminar entre pastizales, continuamente escuchábamos las rizas de los chicos, se veían las luces de sus linternas y cuando sentimos que empezaron a moverse, automáticamente empezamos a correr a toda velocidad para que nadie llegara al árbol en que obtenían inmunidad antes que nosotras…

En este tipo carrera se pierde la percepción de distancias, tamaños y formas.

…En un instante pisamos una especie de hoyo pero superamos ese problema equilibrándonos milagrosamente para seguir corriendo, pero luego se nos acabó el camino...

Auch!

…La caída fue eterna, mientras esperaba encontrarme con el fin del precipicio (jajajja) pasaron mil cosas por mi cabeza…

El pastor nos retará (bueno, que le vamos a hacer jajja), nunca he usado yeso, se romperá la linterna! ¡mi hermana va a sufrir!, mmmmm ¿cuál será el hospital más cercano?

…¡Y llegó el suelo!, recuerdan el polvo del que hable, bueno eso nos esperaba…

Me entro tierra hasta por las orejas, jajaja

…No se cómo, pero nos paramos rápidamente y seguimos corriendo, de extraña manera nunca nos soltamos las manos, hasta que finalmente llegamos al árbol y nos empezamos a sacudir, sacudir y sacudir…

No nos pasó nada, bueno yo quede con un moretón en la “canilla” (uyuuuuuy) y ambas súper cochinas; las burlas, risas y el maltrato psicológico vendrían después (cero respeto con sus mayores estos chicuelos), pero nada que uno no pueda sobrellevar (salta! que exagerada)

…Al rato llegaron unas amigas “viejas” también y nos contaron su versión de los hechos más o menos así: “las sentimos correr, estábamos mirando desde detrás de los árboles, sólo veíamos la luz de la linterna avanzar a gran velocidad, en un instante vimos como esa luz se disipaba entre una gran columna de polvo, pero nunca desapareció por completo, luego la luz siguió avanzando entre las carcajadas que ustedes mismas llevaban….jajajaja + jajajaja + jajajaja” .

¿Qué te recuerda? ¿Cuántos porrazos llevas? ¿Qué tan grande fue tu moretón? ¿Por qué corrías a ciegas? ¿Te dolió el impacto? ¿Tardaste en ponerte de pie? ¿Recuperaste el ritmo de carrera? ¿Cuánto has tardado en limpiar la suciedad que te quedo pegada? ¿Cuantos te esperaban para burlarse? ¿Tu luz dejo de ser visible en algún instante?...

¿REÍSTE CUANDO YA ESTABAS DE PIE?

¿NOTASTE QUE NUNCA SOLTARON TU MANO?